USO DE ALUMINIO EN ANTENAS
El
aluminio es como un almacén de energía (15 kWh/Kg), por ello tiene un gran
valor que no puede desperdiciarse y su reciclado se traduce en recuperación de
energía. Además, es un material muy valioso como residuo, lo que supone un gran
incentivo económico. Las propiedades que hacen del aluminio un metal tan
provechoso son: su ligereza (sobre un tercio del peso del cobre y el acero),
resistencia a la corrosión (característica muy útil para aquellos productos que
requieren de protección y conservación), resistencia, es un buen conductor de
electricidad y calor, no es magnético ni tóxico, buen reflector de luz (idóneo
para la instalación de tubos fluorescentes o bombillas), impermeable e inodoro,
y muy dúctil. Además, el gran atractivo es que se trata de un metal 100%
reciclable, es decir, se puede reciclar indefinidamente sin que por ello pierda
sus cualidades.
El
aluminio ha ido reemplazando progresivamente al cobre desde la década de los 50
en las líneas de transmisión de alto voltaje y actualmente es una de las formas
más económicas de transportar electricidad, además de que puede hacerlo más
eficientemente que el cobre (actualmente se usan conductores de aluminio para
transmitir electricidad a 700.000 voltios o más). Por otra parte, el aluminio
también está presente en las antenas para televisores y satélites.
En las
piezas (alambres, cables, barras) de las antenas circulan corrientes de alta
frecuencia. Por lo tanto, para que no existan considerables
pérdidas es necesario que el material sea buen conductor eléctrico.
Pero cuando se trata de alta frecuencia, ser buen conductor tiene otra ventaja:
la onda casi no penetra en el metal, sino que se desvanece en un pequeñísimo
espesor (como se explica en la sección siguiente). Esta es una de las
importantes razones por las que en la fabricación de antenas relativamente
grandes se utilizan tubos y que sean de aluminio.
Mejor
conductor que el aluminio es el oro, y mejor aún el cobre (σ ≈ 5.80×107S/m).
Pero el oro es demasiado caro y el cobre además de ser relativamente caro,
también es demasiado denso (δ ≈ 8.94g/cm3). El aluminio es muy
maleable, posee suficiente resistencia máxima a la tracción ("tensile
strength", σTS > 90MPa) y una extremadamente baja
densidad (δ ≈ 2.71g/cm3). Por lo tanto tiene muy
buena resistencia específica (≡ σTS/δ).
Su
superficie se oxida rápidamente con un óxido que protege al material de una
oxidación posterior (a diferencia de lo que ocurre con el hierro, que continúa
oxidándose). Y además, como se dijo antes, por ser muy buen conductor eléctrico
(con conductividad eléctrica σ ≈ 3.54×107S/m, un 61% de la
conductividad del cobre), la "profundidad de penetración" δskin de
ondas de alta frecuencia es menor. Por lo tanto, es suficiente que los
electrodos de las antenas sean cañitos con paredes de poco espesor (en vez de
ser barras macizas).
En el
caso de las antenas "telescópicas" que se observan en las radios de
FM, también se usan tubos, pero en vez de aluminio, para estos tubos
concéntricos se utiliza algún tipo de latón (que es básicamente una
aleación de cobre con aproximadamente un 30% de zinc) o de bronce (cobre
con un 10% de estaño), que son mecánicamente más resistentes, aunque más
densos. Para que también sean químicamente resistentes (a la corrosión), suelen
tener la superficie "niquelada", lo que hace que también sean más
caros. Pero su mayor peso y costo, no es un problema en las antenas pequeñas de
las radios portátiles.
Comentarios
Publicar un comentario